Sabemos que los ciberataques son cada vez más complejos y emplean técnicas evasivas para evitar ser detectados por las soluciones de seguridad. La oportuna detección y prevención de estos requiere de cazadores de amenazas experimentados que puedan detectar acciones sospechosas antes de que causen daños a una empresa.
Según un estudio realizado por Kaspersky MDR con algunos de sus clientes quienes lo hicieron de manera anónima revelaron que uno de cada 10 (9%) de los incidentes de ciberseguridad que lograron detectar , podrían haber causado un daño importante dentro de su infraestructura si hubieran logrado accesar a alguno de sus activos.
Este estudio revelo que la gran mayoría de los incidentes (72%) fueron de gravedad media. Esto significa que, si estas amenazas no hubieran sido detectadas , habrían afectado el rendimiento de los activos o podrían haber provocado casos particulares de uso indebido de datos.
Otro dato importante revelado fue que casi todas las industrias, excepto la de medios de comunicación masiva y de transporte, experimentaron incidentes de alta gravedad durante el período analizado que fue 2020.
La mayoría de los incidentes graves afectaron a organizaciones del sector público (el 41% de los incidentes de alto impacto se detectaron en esta industria), de TI (15%) y de verticales financieras (13%).
Casi una tercera parte de estos incidentes críticos fueron ataques dirigidos por personas. El (23%) de los incidentes de alta gravedad se clasificaron como estallidos de malware de alto impacto, incluido el ransomware. En el 9% de los casos, los ciberdelincuentes accedieron a la infraestructura informática de una empresa utilizando técnicas de ingeniería social.
Algunos expertos señalaron que las amenazas avanzadas persistentes (APTs, por sus siglas en inglés) actuales se detectaron generalmente junto con artefactos de ataques avanzados anteriores, lo que sugiere que, si una organización responde frente a una amenaza sofisticada, suele ser atacada de nuevo, muy posiblemente por el mismo ejecutante.
Además, en las organizaciones que sufrieron una APT, los expertos de seguridad descubrieron signos de simulación de comportamientos del ataque, como la red teaming, es decir, señales de que se realizó un ejercicio para comprobar las capacidades de seguridad operativa de la empresa a través de una simulación de ataque sofisticado. Por último otro dato importante fue que los ataques dirigidos son bastante comunes, ya que el (27%) de las organizaciones encuestadas dicen haberse enfrentado a ellos.