Como lo hemos platicado en otras publicaciones el comercio electrónico ha cambiado radicalmente todos los esquemas tradicionales de compra y venta de productos y servicios y, aunque no es algo nuevo para nadie, debemos admitir que una de las cosas buenas que nos ha dejado esta pandemia es que ha impulsado el comercio electrónico a grandes niveles.
Aunque este crecimiento ha sido bueno, aún estamos relativamente atrasados en esta revolución. Según algunos datos revelados por nuestro vecino Estados Unidos, en particular por la oficina del Censo menciona que aunque las ventas minoristas de comercio electrónico crecieron 39 % interanual en el primer trimestre del 2021, representaron solo el 13,4 % de las ventas minoristas totales, por lo que existe bastante lugar para oportunidades ya que Nasdaq considera que, para el 2040, el 95 % de las compras se realizarán en línea.
Ahora en México, la comisión nacional para la protección y defensa de los usuarios de servicios (CONDUSEF) según cifras reveladas por el Banco de México, mostraron que las transacciones electrónicas tuvieron un aumento del 33 % en el primer trimestre del 2021, en comparación con el primer trimestre del 2020, por lo que la tendencia es similar a la de Estados Unidos.
Por lo anterior una de las empresas especialistas en el tema de la encripción (Futurex) deja ver que el comercio en línea genera amenazas y desafíos de seguridad para las organizaciones al incrementar la cantidad y variedad de información que las empresas recopilan sobre sus clientes. Lo que significa que las transacciones comerciales y financieras a través de plataformas en línea como pago de servicios, renta de ellos, suscripciones, operaciones bancarias, entre otras deben empezar a cifrar la información sensible y confidencial antes de enviarla por algún otro medio. Una vez recibidos, los datos se desencriptan haciendo uso de una llave y se obtiene la información original.
Una de las razones por la cual la información debe ser cifrada explican, es porque los medios de transmisión pueden ser altamente inseguros, como las redes Wireless públicas y existen infinidad de intrusos, sniffers o crackers al acecho, con el único objetivo de obtener datos que pueden comprometer la identidad y la seguridad del propietario.