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El impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en nuestra sociedad supone una transformación de los ritos y pautas de comunicación e interacción social. Sin embargo, las posibilidades y ventajas que a veces presentan se convierten también en riesgos y desafíos a los que debemos hacer frente, poniendo especial atención cuando de alguna forma pueden afectar a niños y jóvenes.
Peligros de la tecnología.
Riesgos en internet

El impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en nuestra sociedad supone una transformación de los ritos y pautas de comunicación e interacción social. Sin embargo, las posibilidades y ventajas que a veces presentan se convierten también en riesgos y desafíos a los que debemos hacer frente, poniendo especial atención cuando de alguna forma pueden afectar a niños y jóvenes. 
Según el reciente estudio “Las TIC y su influencia en la socialización de adolescentes”, publicado en enero de 2019 por Google, FAD y BBVA, el 89 % de los adolescentes encuestados de entre 14 y 16 años disponen de un teléfono móvil, el 76 % de un ordenador portátil y el 69 % de una tableta.
Consecuentemente, es evidente que los jóvenes no solamente están en contacto de manera indirecta con la tecnología que envuelve nuestras vidas, sino que ellos también son uno de los principales actores y promulgadores de su uso e impacto.
Las TIC han logrado convertirse en instrumentos educativos, capaces de mejorar la calidad educativa de los estudiantes y a la vez, revolucionar la forma de obtención, manejo e interpretación del conocimiento y la información. Sin embargo, no es menos cierto que el papel de las nuevas tecnologías también supone un riesgo potencial de conductas adictivas. En este sentido, existe un amplio consenso en la comunidad científica y profesional acerca de considerar que ciertas patologías relacionadas con el uso de la tecnología presentan importantes analogías con las adicciones a substancias, similares incluso a las que se observan en la ludopatía.

La adicción, el acceso a contenidos inapropiados, el acoso o la perdida de intimidad, dan lugar a una serie de efectos nocivos del uso de las TIC de los que debemos ser conscientes y estar preparados. A continuación, nombramos tres ejemplos: 

  • Cyberbulling – ciberacoso – acoso virtual a través de ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa refugiándose en el anonimato del agresor. Considerando el daño infligido de forma repetitiva, puede constituir un delito penal.
  • Sexting – acrónimo de las palabras “sexo” y “texto” envío de mensajes, fotos o vídeos no solicitados de contenido erótico.
  • Grooming – acoso sexual a menores por parte de adultos a través de Internet. El adulto intenta crear una conexión emocional con el fin de poder abusar sexualmente del menor, introducirlo en la prostitución infantil o convertirlo en objeto de material pornográfico.

Todos ellos son términos cada día más presentes en la lucha y campañas contra las amenazas tecnológicas.
Parece indiscutible que las TIC se han convertido en un elemento indispensable en nuestras vidas, también en niños y jóvenes, colectivos más vulnerables ante su impacto. Los niños y jóvenes cada vez entran en contacto con las nuevas tecnologías a una edad más temprana, por tanto, resulta imprescindible fomentar desde todos los ámbitos de la sociedad, especialmente el educativo, buenos hábitos en el uso de las TIC y así contribuir a la prevención de todas las conductas de riesgo que tienen asociadas.