“Hombre en el medio” como se le conoce en español es un tipo de ciberataque que se caracteriza por interceptar la comunicación entre dos dispositivos conectados a una misma red.
Esto permite que un hacker tenga la oportunidad de interceptar información sensible como pueden ser credenciales de usuario, claves bancarias u otro tipo de datos sensibles con las que se puedan llevar a cabo fraudes o usurpación de la identidad.
Este tipo de ataque representa una seria amenaza para aquellas empresas que basan sus operaciones en la transmisión de datos sensibles y que por lo tanto es constante.
¿Qué es un ataque Man in the Middle?
Un ataque MitM ocurre cuando un ciberdelincuente intercepta la comunicación entre dos dispositivos conectados a una misma red sin que los usuarios lo perciban. Esta intrusión permite al atacante capturar, modificar o redirigir la información que circula entre ambas partes. A través de este método, los delincuentes pueden acceder a credenciales de usuario, claves bancarias y otro tipo de datos sensibles, facilitando el fraude y la usurpación de identidad.

¿Cómo funcionan los ataques MitM?
Los ataques Man in the Middle pueden ejecutarse de diferentes maneras, siendo las más comunes:
- Ataques en redes Wi-Fi públicas: Los atacantes crean redes falsas o explotan redes abiertas para interceptar el tráfico de datos de los usuarios conectados.
- Suplantación de ARP (ARP Spoofing): Se manipulan los paquetes de datos en la red local para redirigir la información a un dispositivo malintencionado.
- Suplantación de DNS (DNS Spoofing): Se modifica la resolución de dominios para dirigir a los usuarios a sitios web falsos, donde ingresan información confidencial.
- Intercepción de correos electrónicos: El atacante se infiltra en la comunicación entre dos partes para leer, modificar o redirigir los mensajes sin que las víctimas lo noten.
¿Cómo prevenir los ataques Man in the Middle?
A pesar de su peligrosidad, existen diversas estrategias para protegerse contra los ataques MitM:
- Uso de conexiones seguras: Evitar redes Wi-Fi públicas no cifradas y optar por redes privadas seguras o VPNs para cifrar el tráfico de datos.
- Certificados y autenticación: Asegurarse de que los sitios web utilizan HTTPS y no HTTP, verificando la validez de sus certificados de seguridad.
- Implementación de seguridad en redes: Configurar firewalls, deshabilitar protocolos inseguros y utilizar herramientas de detección de intrusión.
- Actualización constante de software: Mantener los sistemas operativos y aplicaciones actualizadas para evitar vulnerabilidades explotables por los atacantes.
- Educación y concienciación: Capacitar a los usuarios para que reconozcan posibles amenazas, como intentos de phishing y conexiones no seguras.